Después de acabar el año pasado la temporada, no sabíamos que pasaría el año siguiente, no sabíamos si habría equipo o no, pero si sabíamos que queríamos seguir juntas y seguir practicando este deporte único.
Cuando volvimos a empezar en Septiembre nos dijeron que este año sería un año de formación, que no jugaríamos liga, sólo algunos partidos amistosos. Cualquiera podría haber pensado que para eso mejor nada, o que simplemente no merecía la pena seguir entrenando sin jugar. Pero sin embargo todas quisimos seguir adelante, aprovechar ese año para mejorar y ya jugaríamos el año que viene. Ahora que hemos acabado la temporada nos hemos dado cuenta que no ha sido tan malo, que podría haber sido mejor, pero hemos mejorado y sobretodo lo hemos disfrutado y todo gracias a nuestra entrenadora, Noelia Rojo.
Este año ha estado lleno de momentos que no me arrepiento de haber vivido, desde risas, hasta lágrimas. Ese momento en el que en nuestro último partido, Noe, nos llevó al vestuario antes de empezar y nos dijo que habíamos sido una familia, que si fuera por ella nos volvería a entrenar otro años más y que quería que ese último partido lo hiciésemos lo mejor que pudiésemos para acabar, a pesar de haber salido a calentar con las lágrimas en la cara, nos ayudó mucho a la hora de esforzarnos y darlo todo en la pista.
Luego al terminar los dos partidos disputados, fuimos al vestuario de nuevo, y tras una pequeña charla de despedida salimos todas emocionadas, llorando, a recoger nuestro trofeo. Esos son algunos de los momentos vividos con ellas que jamás se olvidarán.
Así que finalmente queriamos agradecerle a Noe todo lo que ha hecho por nosotras, por apoyarnos siempre y por ayudarnos a mejorar. Gracias por estos dos años únicos contigo!
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